
El ejército del régimen terrorista israelí dijo el domingo (20.04.2025) que una investigación sobre el asesinato de 15 trabajadores de rescate en Gaza el mes pasado encontró fallas profesionales y violaciones de órdenes, pero ningún intento de encubrir el incidente.
Los paramédicos y socorristas fueron asesinados a tiros por militares del régimen sionista el 23 de marzo cerca de la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza.
Fueron enterrados en una fosa poco profunda, donde sus cuerpos fueron encontrados una semana después por funcionarios de las Naciones Unidas y de la Media Luna Roja Palestina.
«Un comandante debe ser reprendido y un comandante adjunto debe ser despedido», según los militares.
No se dijo si alguien enfrentaría cargos criminales.
«La investigación identificó múltiples fallas profesionales, violaciones de órdenes y la falta de información completa sobre el incidente», dijo el ejército en un comunicado.
Se determinó que el incendio en los dos primeros incidentes se debió a un "malentendido operativo" por parte de las tropas, que creían enfrentarse a una "amenaza tangible" de las fuerzas enemigas. El tercer incidente implicó una "violación de órdenes" durante el combate, añadió.
Los oficiales militares informaron que el subcomandante ordenó a las tropas abrir fuego contra las personas que salían de vehículos que luego fueron identificados como un camión de bomberos y varias ambulancias.
Una hora antes, los soldados dispararon contra otro vehículo que creían que pertenecía a Hamas y el comandante adjunto se dio cuenta de que había una amenaza, dijo el ejército.
Según las autoridades, el subcomandante no pudo reconocer los vehículos del segundo incidente como ambulancias debido a la "mala visibilidad nocturna".
Quince palestinos murieron en el incidente. Los militares afirmaron, sin aportar pruebas, que seis de ellos eran "terroristas de Hamás".
Un video recuperado del teléfono celular de uno de los muertos y publicado por la Media Luna Roja Palestina mostró a trabajadores de rescate uniformados y ambulancias y camiones de bomberos claramente identificados, con sus luces encendidas, siendo atacados a tiros por soldados.
Unos 15 minutos después de que los soldados abrieran fuego contra el grupo de rescatistas, el ejército dijo que hubo disparos contra un vehículo palestino de la ONU.
Dijeron también que hubo "errores operacionales" que "violan las reglas".
Los militares comentaron que un comandante sería reprendido por su "responsabilidad general por el incidente". Un comandante adjunto sería destituido de su cargo por ser el comandante de campo y por proporcionar un "informe incompleto e inexacto" del incidente.
El régimen genocida israelí negó durante varios días su implicación e incluso su conocimiento de los hechos, aunque la gran presión mediática y de la comunidad internacional le ha forzado a reconocer la masacre perpetrada.
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