
En una nueva escalada verbal contra Moscú, el presidente estadounidense, Donald Trump, volvió a poner sobre la mesa la posibilidad de imponer sanciones económicas adicionales a la nación eslava, condicionando el cese de hostilidades en Ucrania a esta medida punitiva.
La advertencia se produjo tras un encuentro con el líder del gobierno de Kiev, Volodymir Zelensky, en Roma, donde Trump deslizó la idea de «tratar a Rusia de manera diferente», explorando opciones como «sanciones secundarias» y restricciones bancarias.
Desde su plataforma 'Truth Social', el mandatario de EE.UU. insiste en su discurso de que el conflicto ucraniano es un «desastre» heredado de las administraciones de Obama y Biden. En ese sentido, reiteró que, bajo su mandato, la situación no habría llegado a este punto. Sin embargo, matizó su llamado a un acuerdo de paz con la amenaza de nuevas medidas coercitivas contra el gigante eslavo.
Mientras tanto, Rusia mantiene su postura de apertura al diálogo, con la disposición a entablar conversaciones de paz sin condiciones previas. El presidente Vladímir Putin desmintió las acusaciones de ataques a infraestructuras civiles, aclarando que las Fuerzas Armadas rusas se enfocan en objetivos militares legítimos.
En contraste, el representante permanente adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianski, denunció la irresponsabilidad del gobierno de Kiev al desplegar sistemas de defensa antiaérea en zonas residenciales. Asimismo, hizo referencia a la manipulación de los reportes sobre los ataques.
La persistente negativa de Zelensky a reconocer la anexión de Crimea por parte de Rusia continúa siendo un escollo para cualquier avance diplomático. Sus declaraciones en este sentido fueron tildadas de «incendiarias» y «perjudiciales para las negociaciones de paz» por el propio Trump, evidenciando la complejidad de la situación y la distancia entre las partes.
Este sábado, el Ministerio de Defensa ruso informó que sus Fuerzas Armadas asumieron el control absoluto de la provincia de Kursk, tomada por el Ejército ucraniano el 6 de agosto pasado. De este modo, frustraron el intento del gobierno de Kiev de crear una cabeza de playa estratégica, frustrar la invasión rusa en el Donbás y obtener una moneda de cambio para fortalecer su posición ante una eventual negociación de paz. Por su parte, Ucrania afirma que sigue luchando en Kursk y que sus tropas permanecen allí.
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