El líder de la oposición húngara, Péter Magyar, cruzó la frontera con Rumanía caminando con un pequeño grupo de simpatizantes y fue recibido en la ciudad rumana de Oradea el sábado (24.05.2025) por la mañana.
El presidente del Partido Tisza salió de Budapest hace 10 días y emprendió su viaje con el objetivo de ganar el apoyo de las comunidades húngaras en Rumanía y atraer a los votantes que tradicionalmente votan por el Partido Conservador, ya que el primer ministro Víktor Orbán proporciona apoyo financiero a la población húngara en Rumanía.
«No vamos [a Rumanía] a aumentar la tensión ni a causar daño alguno a nuestros hermanos y hermanas húngaros que viven allí. Vamos allí para expresar nuestra solidaridad», había declarado Magyar antes de su partida. Magyar había anunciado la marcha, denominada la iniciativa 'Un millón de pasos por la paz y la unidad nacional', tras la alianza del fascista Orbán con el candidato presidencial de extrema derecha y antihúngaro George Simion, antes de las elecciones presidenciales rumanas.
«Ha quedado claro que el corrupto, cansado y desacreditado primer ministro ve a los húngaros en el extranjero como un producto político. Intentó y sigue intentando atraerlos no por fe, ni por compromiso, ni por amor a sus compatriotas, sino simplemente para ganar votos», declaró Magyar en un discurso ante cientos de personas en Oradea.
«Y ahora, para conservar el poder, tiembla, utilizando medios cada vez más burdos, traspasando todas las fronteras, haciendo todo lo posible, sin importar el daño que esté causando a la nación», añadió.

El líder de la oposición reconoció que los húngaros «anhelan un país que ame a cada uno de sus ciudadanos, un país que no estigmatice, que no los excluya». Advirtió que la división, la incitación y el odio conducen a la destrucción: «La destrucción, la incitación al odio y la excavación de trincheras de Orbán son cosa del pasado. La cuenta atrás ha comenzado», concluyó Magyar.
El político declaró a 'Euronews' que había recibido comentarios positivos de sus simpatizantes, pero también se encontró con contramanifestantes que coreaban el nombre de Orbán y gritaban «¡Traidor!» y «¡Vete a casa!».
Magyar finalizó su discurso dirigiéndose al pueblo rumano. Los aplaudió por el resultado de sus elecciones y los animó a seguir por el camino europeo. El político enfatizó la importancia del respeto mutuo entre los rumanos y la comunidad húngara.
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