
Los empleados de la bananera 'Chiquita Panamá', filial de la estadounidense 'Chiquita Brands', fueron a paro desde hace más de un mes porque rechazan una reciente reforma del seguro social que eliminó beneficios específicos para los obreros bananeros en salud y pensiones.
Se han desarrollado de manera intermitente marchas y algunos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, después de que estos últimos bloquearan parte de las principales vías del país.
'Chiquita' había anunciado hace 11 días el despido de 4.900 trabajadores y el cese de sus operaciones por la huelga en su centro de producción de Changuinola, en la provincia caribeña de Bocas del Toro, fronteriza con Costa Rica, tras un frustrado diálogo entre el Gobierno y el sindicato y después de alertar que el "abandono total" de las fincas provocó "daños irreversibles en la producción".
Un día después, el Gobierno de Costa Rica celebraba el regreso de la empresa como cliente de un puerto estatal en el Caribe, tras la llegada de un buque que transporta carga de importación y exportación. La bananera ya había sido cliente de ese muelle en años anteriores.
Sin embargo, el pasado 27 de mayo, el Gobierno declaró el estado de emergencia en Bocas del Toro y creó una Comisión de Alto Nivel integrada por ministros de varias carteras para atender esta problemática.
Autoridades panameñas explicaron que el estado de emergencia en Bocas supone que los integrantes de la comisión «se encargarán de autorizar contrataciones mediante un procedimiento excepcional que soliciten los ministerios para las compras y proyectos que consideren cruciales para la recuperación económica».
Ahora, la compañía informó al gobierno que esta semana despedirá al resto de empleados, aseguró en conferencia de prensa la ministra panameña de Trabajo, Jackeline Muñoz.
«Nos están presentando una solicitud de autorización de despido por arriba de los 1,600 empleados, no queda ni un solo trabajador de toda la planilla de la empresa», dijo.
«El jefe de relaciones laborales de la empresa Chiquita nos manifestó que el día viernes destituyeron a los 60 trabajadores administrativos, es decir que ya no hay trabajadores administrativos dentro de la empresa», dijo en rueda de prensa la ministra panameña de Trabajo.
«Es un golpe muy duro para el empleo y la reactivación económica», agregó.
'Chiquita' domina el 90% de la producción nacional de banano, que en el primer trimestre de este año se consolidó como el principal producto de exportación de Panamá. Representó el 17.5% del total de las ventas al extranjero, alcanzando un valor de 324.4 millones de dólares (aproximadamente 284.9 millones de euros), la cifra más alta registrada en los últimos 15 años, según datos del Gobierno.
La funcionaria viajó a Bocas del Toro, junto a otros ministros, para negociar con el líder sindical de los trabajadores del sector sin éxito el fin de la huelga y la apertura de vías.
El paro, declarado ilegal por un tribunal laboral, ha provocado el cierre de varias rutas de esa región turística y más de 75 millones de dólares en pérdidas, según 'Chiquita'.
«El clamor de todos es que abran las calles, hay restaurantes y comercios cerrando, ya no aguantan más», afirmó el ministro de Comercio e Industrias, Julio Moltó.
«Y la respuesta del sindicato es, nosotros vamos a vivir en las calles hasta que se apruebe un proyecto de ley que reforma una norma especial para el sector», señaló Muñoz.
Tras las negociaciones con los sindicatos, el gobierno de José Raúl Mulino, que se ha identificado como de centro-derecha, accedió a elaborar un proyecto de ley para restituir los beneficios laborales de los trabajadores bananeros. Sin embargo, condicionó su envío a la Asamblea Nacional a que se reabran las rutas bloqueadas.
Los gremios se niegan a abandonar el paro hasta que no sea aprobada la nueva normativa, mientras los comercios reportan escasez de productos y combustible, los cajeros automáticos de bancos estatales están fuera de servicio y las escuelas permanecen cerradas.
Desde hace más de un mes, Mulino enfrenta una ola creciente de protestas en contra de la reforma de las pensiones y otros temas.
Este lunes, la policía utilizó gases lacrimógenos para reabrir varios tramos de la carretera Panamericana que habían sido bloqueados con troncos y piedras por los manifestantes. Durante los enfrentamientos, medios locales mostraron imágenes de heridos y detenidos.
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