Lee Jae-myung gana presidencia de Corea del Sur y reafirma postura de diálogo con el Norte

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Lee Jae Myung ha sido elegido presidente de la República de Corea, asumiendo el cargo el miércoles 4 de junio de 2025. Esta victoria para el centro-izquierda representa un giro significativo en la política surcoreana, desencadenado por la destitución del anterior presidente, Yoon Suk Yeol, a raíz de la imposición de la ley marcial y su fracasado intento de golpe de Estado. La elección anticipada subraya un período de considerable agitación política en el país.

Lee Jae Myung, líder del Partido Democrático de Corea, una formación política generalmente alineada con el centro-izquierda y el liberalismo, se impuso en las urnas con una significativa mayoría. En sus primeras declaraciones tras la victoria, el flamante presidente se ha comprometido a abordar los urgentes problemas económicos y a sanar las profundas divisiones internas que afectan a la sociedad surcoreana.

En materia de política exterior, Lee Jae Myung ha reafirmado su postura a favor de la "coexistencia" con Corea del Norte, indicando una voluntad de mantener abiertas las vías de diálogo a pesar de las tensiones históricas. Esta aproximación sugiere un posible cambio respecto a la postura más confrontacional de administraciones anteriores. A nivel doméstico, el presidente ha sido contundente en su discurso, proclamando la necesidad de "doblegar la insurrección" y garantizar que el pueblo nunca más sea amenazado con un golpe de Estado, lo que refleja la reciente crisis política.

Durante su ceremonia de investidura, Lee Jae Myung también ha enfatizado la importancia de fortalecer la alianza con Estados Unidos, un "pilar fundamental" de la seguridad surcoreana. Al mismo tiempo, ha dejado claro que su estrategia estará centrada en maximizar los intereses nacionales, y que esto no excluye la posibilidad de un "diálogo constructivo" con Corea del Norte. Su rápida asunción al cargo, sin el habitual período de transición de dos meses, evidencia la urgencia con la que la nueva administración debe abordar los complejos desafíos tanto internos como externos que enfrenta Corea del Sur.

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