Filadelfia, 14 de junio de 2025
Por un instante, la historia pareció invertirse. Mientras en Washington los tanques desfilaban por la avenida Pensilvania, en Filadelfia, Nueva York, Atlanta, Los Ángeles y más de 2,000 ciudades de Estados Unidos, la ciudadanía tomaba las calles para recordarle al mundo que la democracia no se impone: se defiende.
En Love Park, Filadelfia, la lluvia no espantó a nadie. Al contrario, pareció sellar un pacto silencioso entre generaciones. "Esto no es solo una protesta, es una declaración de principios", me dijo Karen Van Trieste, enfermera jubilada de 61 años, mientras sostenía una pancarta que decía: "No hay tronos en una república".
A su alrededor, jóvenes con banderas LGTBI, veteranos con insignias de guerra, migrantes con carteles en español y niños con capas de plástico improvisadas coreaban al unísono: "¿De quién son las calles? ¡Nuestras calles!". El eco rebotaba entre los edificios como si la ciudad misma respondiera.
Un desfile para uno, una marcha para todos
A 200 kilómetros al sur, Donald Trump celebraba su cumpleaños número 79 con un desfile militar que muchos consideran un acto de vanidad autoritaria. El evento coincidía con el 250 aniversario del Ejército estadounidense, pero para los manifestantes, la fecha tenía otro significado: el 'Día Sin Reyes'.
"No queremos monarcas, ni de sangre azul ni de ego inflado", gritaba un orador en Atlanta, donde miles se congregaron frente al Capitolio estatal. En Los Ángeles, las protestas se entrelazaban con la indignación por las redadas migratorias de ICE, que han dejado cientos de detenidos en la última semana.
En Nueva York, bajo una tormenta persistente, unas 50,000 personas ocuparon la Quinta Avenida. Michael, de 27 años, llevaba una camiseta con la frase "I-C-E = Fascismo". Me dijo: "No es solo Trump. Es el sistema que lo permite. Hoy decimos basta".
En Charlotte, Carolina del Norte, una pancarta gigante ondeaba sobre la multitud: "No tenemos reyes". En Little Rock, Arkansas, la marcha cruzó el río con tambores y banderas mexicanas. En cada ciudad, el mismo mensaje: el poder no se hereda, se construye desde abajo.
A las 14h00m, en Filadelfia, la lluvia arreció. Nadie se movió. Un grupo de jóvenes formó un círculo de tambores. Una anciana repartía pequeñas banderas con la frase "Día Sin Reyes" escrita a mano. Un niño de unos 10 años, empapado pero sonriente, me dijo: "Mi mamá dice que esto es historia. Yo creo que es futuro".
Y tenía razón. Porque lo que se vivió este sábado no fue solo una protesta. Fue una afirmación colectiva de que la democracia no es un desfile, ni un discurso, ni una firma. Es una práctica cotidiana. Y bajo la lluvia, miles la practicaron.

Perfil del autor: Darling Sebastián. 22 años. Corresponsal de Unix Noticias para Estados Unidos y Rusia. Director del Departamento de Investigaciones. Participa en coberturas electorales, redacción de noticias y cobertura de eventos de última hora.

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