
Según medios locales, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Países Bajos revocó tres permisos de exportación el mes pasado, argumentando el «riesgo de un uso final no deseable» de los equipos. La decisión del Gobierno se produce tras una presión significativa por parte de la sociedad civil y los expertos en el país.
Activistas y organizaciones de derechos humanos habían expresado repetidamente su preocupación de que las armas neerlandesas pudieran ser utilizadas en acciones que contribuyeran a la violencia en la Franja de Gaza.
A principios de esta semana, un comité asesor sobre derecho internacional público (CAVV) emitió un informe que concluyó que el Gobierno tiene la obligación legal de tomar medidas para prevenir el genocidio, lo que incluyó el conflicto en Gaza.
El anuncio contrasta con las declaraciones públicas realizadas por el ministro de Exteriores de los Países Bajos, Caspar Veldkamp, quien había asegurado un día antes de la noticia, en un debate parlamentario que las exportaciones de armas a Israel estaban tan estrictamente controladas que su entrada al país era "prácticamente imposible".
Sin embargo, muchos parlamentarios habían calificado esas medidas de insuficientes y habían pedido un embargo de armas más riguroso contra el Estado israelí.
La guerra genocida de Israel contra la población de la Franja de Gaza , dejó hasta la fecha más de 61,200 palestinos asesinados y más de 152.000 heridos, según el Ministerio de Salud de Gaza. La decisión de Países Bajos subraya la creciente preocupación internacional por la ofensiva militar israelí, que se reanudo a pesar de una breve tregua.
La situación se vio agravada por la interrupción del suministro eléctrico a una planta desalinizadora y las dificultades en la entrada y distribución de ayuda humanitaria.
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