
Unos 800 miembros de la Guardia Nacional comenzaron a llegar este martes (12.08.2025) a la capital estadounidense tras la orden del presidente Donald Trump de asumir el control del Departamento de Policía Metropolitana y enfrentar lo que él calificó, sin presentar pruebas, como una "ciudad sin ley".
La medida, amparada en la Sección 740 de la Ley de Autonomía de 1973, permite al presidente tomar el mando policial por hasta 30 días en casos de emergencia, aunque ningún mandatario lo había hecho antes.
El despliegue, bajo autoridad federal, plantea interrogantes sobre los límites legales y constitucionales del uso del aparato militar en funciones de seguridad pública. Medios como el 'The Wall Street Journal' y analistas de 'Associated Press' señalan que esta acción puede sentar un precedente peligroso al normalizar la militarización de las calles.
Cabe destacar que no es la primera vez que la Guardia Nacional militariza las calles, ya en junio de este año, el Gobierno federal había activado tropas en Los Ángeles para responder a protestas vinculadas con políticas migratorias.
La operación, autorizada bajo el título 32, fue calificada como ilegal por el gobernador Gavin Newsom y fue impugnada judicialmente por violar leyes como el Acta Posse Comitatus.
Por otro lado, la alcaldesa Muriel Bowser dijo que trabajará junto a las autoridades federales para garantizar la seguridad, pero insistió en que el jefe de policía sigue al frente operativo del cuerpo.
Igualmente, el pasado lunes calificó la intervención como innecesaria, recordando que la criminalidad viene bajando a mínimos de 30 años.
Las cifras oficiales indican que la violencia en Washington D.C. ha descendido notablemente en los últimos años. Por ejemplo, los secuestros de vehículos cayeron un 50% en 2024 y continúan en baja este año. Sin embargo, más de la mitad de los arrestados son jóvenes, un punto que ha generado diferencias entre la administración de Trump y las autoridades locales sobre el tratamiento penal.
La relación entre la alcaldesa Bowser, del Partido Demócrata, y el presidente Trump, del Partido Republicano, ha sido tensa durante años.
Bowser rechazó en el primer mandato de Trump sus planes para un desfile militar y se opuso públicamente al despliegue masivo de fuerzas federales durante las protestas por brutalidad policial en 2020, llegando incluso a pintar en una calle cercana a la Casa Blanca el mensaje "Black Lives Matter".
A pesar de su negativa, fuerzas federales fueron desplegadas en protestas y para despejar Lafayette Square, en lo que fue calificado por la alcaldesa como una respuesta excesiva y represiva.
Asimismo, la actual movilización en D.C. aparece acompañada del anuncio de la creación de una Fuerza de Reacción Rápida para Disturbios, integrada por efectivos de la Guardia Nacional que estarían listos para desplegarse en cuestión de horas en diversas ciudades, aumentando los temores sobre su uso en situaciones de protesta o tensión civil.
Por su parte, Jeanine Pirro, nueva fiscal federal para la capital y cercana a Trump, apoyó la medida afirmando que es necesaria para que «los criminales entiendan que no quedarán impunes».
La alcaldesa Bowser también destacó la limitación de su administración, dada la naturaleza federal del Distrito de Columbia, que impide tener autonomía plena y deja en manos del presidente decisiones críticas sobre la seguridad pública.
Por ello, reiteró su llamado al Congreso para que Washington sea elevado a estado, lo que le otorgaría mayor control sobre sus asuntos internos y evitaría futuras intervenciones presidenciales.
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