Siria: investigación de la ONU califica la violencia contra los alauitas como "crímenes de guerra"

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Una comisión de la ONU encargada de investigar a las fuerzas gubernamentales concluyó, el jueves 14 de agosto, que los ataques fueron "generalizados y sistemáticos" y que, en algunos casos, podrían constituir "crímenes de guerra".

Según esta comisión, estas violencias «alcanzaron su punto máximo con masacres a comienzos de marzo».
En un informe, la comisión afirma haber documentado casos de «asesinatos, torturas y tratos inhumanos infligidos a los muertos, así como saqueos a gran escala e incendios de viviendas, que provocaron el desplazamiento de decenas de miles de civiles».

«Algunos de estos actos atroces fueron grabados y difundidos en redes sociales, acompañados de imágenes que muestran a civiles maltratados y humillados», añade la comisión, que responsabiliza a «miembros de las fuerzas del gobierno interino, civiles que actuaban junto a ellos o cerca de ellos, y combatientes leales al antiguo gobierno».
El informe precisa que «las exacciones registradas incluyen actos que podrían constituir crímenes de guerra», y que en varias localidades, hombres identificados como alauitas fueron separados de mujeres y niños antes de ser ejecutados.

Las autoridades sirias acusaron a hombres armados leales a Bashar al-Assad de haber provocado la violencia mediante ataques que dejaron decenas de muertos entre las fuerzas de seguridad. La comisión de la ONU también determinó que fuerzas pro-Assad estuvieron involucradas en la violencia.
Defensores de derechos humanos y organizaciones internacionales afirmaron que familias enteras, incluidos niños y ancianos, fueron asesinadas, y que hombres armados preguntaban a los civiles si eran alauitas o sunitas antes de matarlos o dejarlos vivir.

La comisión señala que algunas unidades del gobierno intentaron proteger a los civiles, pero que otras cometieron ejecuciones sumarias y actos de tortura en varias aldeas y barrios de mayoría alauita, «de manera tanto generalizada como sistemática».
Estas conclusiones se basan en "más de 200 entrevistas" con víctimas y testigos, así como en el acceso sin restricciones otorgado en junio a las zonas afectadas de Latakia y Tartus, incluyendo tres fosas comunes.
«La magnitud y la brutalidad de la violencia descritas en nuestro informe son profundamente preocupantes», declaró Paulo Sergio Pinheiro, presidente de la comisión, instando a «las autoridades interinas a continuar sus esfuerzos para llevar a todos los responsables ante la justicia, sin importar su afiliación o rango».

A finales de julio, una comisión nacional de investigación designada por Damasco había anunciado haber identificado 298 sospechosos involucrados en estas exacciones, precisando que se trataba de "un número provisional".

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