
François Bayrou presentó su dimisión este martes 9 de septiembre como primer ministro de Francia, después de que la mayoría de los diputados rechazara otorgarle su confianza sobre la trayectoria presupuestaria. Esta decisión marca el quinto cambio en el cargo desde que Emmanuel Macron inició su segundo mandato en 2022, evidenciando la profunda inestabilidad política que atraviesa el país galo.
Más del 67% de los franceses desaprueban la gestión de Macron y del primer ministro Bayrou.
La caída del Gobierno de Bayrou se produjo tras el voto de no confianza en la Asamblea Nacional, donde los parlamentarios expresaron su rechazo a las políticas económicas propuestas por el ejecutivo. Con esta dimisión, todo el gabinete ministerial queda cesado en sus funciones, obligando al presidente Macron a iniciar nuevamente el proceso de formación gubernamental.
El jefe del Estado francés trabaja contrarreloj para designar un sucesor antes del 18 de septiembre, fecha en la que la intersindical ha convocado una huelga general. Según fuentes presidenciales citadas por medios locales, la estrategia consiste en nombrar una figura capaz de dialogar directamente con los sindicatos, evitando que Macron quede en primera línea frente al descontento social.
La urgencia también responde a la agenda internacional del presidente, quien planea participar en la cumbre de Naciones Unidas donde tiene previsto reconocer oficialmente el Estado de Palestina. «La idea es actuar rápido para renombrar un primer ministro», confirmó un colaborador presidencial cercano, aunque reconoció que Macron no suele tomar decisiones precipitadas.
El perfil buscado por el Elíseo corresponde a «una personalidad de su campo, que encarne el ala izquierda, capaz de abrir negociaciones conclusivas con el Partido Socialista sobre el futuro presupuesto», según el retrato robot filtrado desde el entorno presidencial.
Entre los favoritos para ocupar Matignon figuran varios ministros actuales. Sébastien Lecornu, titular de la cartera de Defensa, aparece como una opción sólida debido a su estrecha relación personal con Macron y su perfil institucional. El ministro ha mantenido contactos recientes con alcaldes y dirigentes locales de izquierda, señalando su disposición a "abrir hacia la izquierda".
Catherine Vautrin, ministra del Trabajo y expresidenta de Los Republicanos, representa otra alternativa seria. Estuvo a punto de ser nombrada en Matignon en 2022, y según un dirigente de Renaissance, Macron "lamenta" no haberla elegido entonces. La funcionaria ha intensificado sus llamadas a electos de izquierda que conoce desde hace años.
El ministro de Economía, Eric Lombard, destaca por su perfil más compatible con la izquierda. Antiguo militante socialista y amigo personal de François Hollande y Olivier Faure, podría servir de puente entre el bloque central y la izquierda. Su posición favorable al trabajo, su oposición al restablecimiento del impuesto sobre la fortuna, pero su apertura a gravar a los más ricos, lo convierten en una opción equilibrada.
Fuera del Gobierno actual, circulan nombres como Xavier Bertrand, presidente de la región de Altos de Francia, quien «ha sido opositor al presidente, supo hacer frente republicano y dialoga con los socialistas», según reconoce el entorno presidencial. También se menciona a Jean-Louis Borloo, fundador de la UDI, quien recientemente retomó actividades políticas con el lema "500 días para levantar Francia".
La posibilidad de un primer ministro de izquierda no se descarta completamente. Bernard Cazeneuve, expresidente del Gobierno con Hollande, vuelve a sonar como opción para demostrar que Macron «finalmente comprendió las lecciones de la disolución», según analistas del bloque central.
Sin embargo, la aceptación de cualquier cargo por parte de personalidades socialistas genera dudas. «Nadie tendrá la irresponsabilidad de caer en una trampa. Ningún Gobierno en la configuración actual es mayoritario», advierte un peso pesado del PS, cuestionando por qué la izquierda asumiría semejante riesgo político.
La crisis francesa se agudiza mientras Macron navega entre las presiones parlamentarias, sociales e internacionales, en un contexto donde encontrar una mayoría estable parece cada vez más complejo en la fragmentada Asamblea Nacional.
Comentarios
Publicar un comentario