Al menos ocho niños murieron y otros seis resultaron gravemente heridos en el barrio Cité Soleil, de la capital de Haití, Puerto Príncipe, al explotar drones aparentemente dirigidos contra la pandilla Viv Ansam, que lidera el expolicía Jimmy 'Barbecue' Chérizier.
Otros tres adultos, así como cuatro presuntos pandilleros también murieron. Varios testigos mostraron a la agencia 'AP' imágenes en las cuales se veían los restos de los infantes cubiertos de sangre.
La Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos de Haití acusó a la Policía de lanzar dos vehículos aéreos armados en esa comunidad —procedimiento que han empleado en los últimos meses para combatir a los delincuentes—, mientras el presunto líder de una de las pandillas, Albert Steevenson, se preparaba para la celebración de su cumpleaños.
El sujeto repartía juguetes a los niños en el momento de producirse los estallidos.
Romain Le Cour, jefe del Observatorio de Haití en la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado, cuestionó que ninguna autoridad se ha pronunciado ni mucho menos asumido la responsabilidad de los hechos.
«¿Quién, en última instancia, asumirá la responsabilidad de este ataque, el primer ministro, el Consejo presidencial de Transición? ¿Empresas de seguridad privada? ¿La dirección de la Policía Nacional de Haití?», preguntó Le Cour.
El funcionario aseguró que estos ataques solo contribuirán a reforzar el relato contra el gobierno. «También es probable que profundicen la desconfianza en las instituciones estatales y aceleren la erosión de la legitimidad gubernamental», dijo.
El jefe pandillero Jimmy 'Barbecue' Chérizier prometió que vengaría las muertes. «Recé por él todos los días que salía y ahora murió en su propio vecindario regresando del trabajo», expresó Aglamoide Saint-Ville, madre del mototaxista St-Jean Limonthard, uno de los fallecidos y quien era padre de una niña de 6 años. A comienzos de mes un ataque similar dejó 11 civiles muertos en el centro de la capital.
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