El futuro canciller alemán acusa a Trump y Vance de provocar "planificadamente" a Zelensky


El escándalo ocurrido durante la visita del presidente ucraniano, Volodymir Zelensky, a Washington fue orquestado de antemano por el liderazgo estadounidense, afirmó el futuro canciller alemán, Friedrich Merz. «En mi opinión, esta reunión en la Oficina Oval no fue una reacción espontánea a las palabras de Zelensky, sino, obviamente, una escalada provocada», afirmó el político alemán. Merz dijo que vio el vídeo de la reunión varias veces y que quedó «sorprendido por el tono de la conversación». Desde su punto de vista, todo esto «no trajo ningún beneficio».

Al mismo tiempo, Merz añadió que esa retórica encaja en la línea general de comportamiento de la nueva administración estadounidense. «Hay una cierta continuidad en lo que vimos en Washington en la serie de eventos de las últimas semanas, incluida la aparición de la delegación estadounidense en Munich en la conferencia de seguridad», concluyó.

La pelea entre Zelensky y Trump tuvo lugar el 28 de febrero en presencia de periodistas. Comenzó con una declaración del vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, quien comenzó a insistir en suavizar la retórica hacia Vladímir Putin para lograr una solución diplomática de la guerra. Zelensky se pronunció contra el coqueteo con el presidente ruso, recordando que anteriormente había violado repetidamente los acuerdos alcanzados, lo que provocó la muerte de personas. 

En respuesta, Trump y Vance criticaron a Zelensky, acusándolo de querer continuar la guerra y faltarle el respeto al lado estadounidense. Como resultado, la reunión se convirtió en una disputa y el presidente ucraniano abandonó la Casa Blanca antes de tiempo sin firmar el acuerdo sobre combustibles fósiles por el que había venido a Washington. 

Después de esto, muchos medios de comunicación occidentales escribieron sobre una provocación contra Zelensky. El columnista del 'The New York Times' y tres veces ganador del premio Pulitzer, Thomas Friedman, creía que se trataba "claramente de una emboscada planeada". Un editorial del 'Financial Times' afirmó que «Zelensky cayó en una trampa para humillarlo». Tom Nichols, analista de una de las revistas estadounidenses más antiguas, 'The Atlantic', y profesor emérito de la Escuela de Guerra Naval de Estados Unidos, acusó a Vance de organizar el escándalo, señalando que «jugó el papel de moderador de un programa de entrevistas que entra en juego siempre que su estrella necesita apoyo y cuando hay un oponente que necesita ser destruido». La publicación describió al vicepresidente como «una persona poco confiable que intenta demostrar su importancia en momentos serios».

Trump también fue criticado por el ex presidente polaco y Premio Nobel de la Paz Lech Walesa, quien envió una carta al presidente estadounidense. «Seguimos con horror y repugnancia su conversación con el presidente ucraniano, Volodymir Zelensky. Nos parece insultante su expectativa de que Ucrania muestre gratitud por el apoyo material que Estados Unidos le proporciona en la lucha contra Rusia. Debemos agradecer a los heroicos soldados ucranianos que derramaron su sangre defendiendo los valores del mundo libre», escribió Walesa.

Sin embargo, la Casa Blanca espera una disculpa de Zelensky. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, hizo el llamado públicamente, señalando que el presidente ucraniano no debería haber estado «sermoneando sobre que la diplomacia no funciona». El propio Zelensky afirmó que las relaciones entre Kiev y Washington podrían salvarse, pero no pidió perdón y expresó dudas de haber hecho algo malo. El jefe de Estado también confirmó su disposición a firmar un acuerdo sobre recursos con Estados Unidos y pasar a una solución diplomática de la guerra, pero dejó claro que estaba considerando este último punto sólo en relación con las garantías de seguridad estadounidenses para Ucrania.

A su vez, Trump dijo que no tiene intención de reanudar el diálogo con Zelensky hasta que exprese un claro deseo de poner fin a la guerra. «Debería decir: 'Quiero hacer la paz', y no solo repetir: 'Putin esto, Putin aquello». «Tenemos que decir: 'No quiero luchar más, la gente está muriendo'», dijo Trump.

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