Siria anuncia acuerdo para integrar instituciones autónomas kurdas en el Estado


La presidencia siria (en manos del grupo yihadista HTS) anunció el lunes 10 de marzo un acuerdo con el líder de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), dominadas por los kurdos, Mazloum Abdi, para "integrar" todas las instituciones civiles y militares bajo la administración autónoma kurda en el marco del Estado sirio.

Este acuerdo representa «una oportunidad real para construir una nueva Siria que incluya todos sus componentes y garantice una buena coexistencia», dijo el líder de las FDS Mazloum Abdi en 'X'. «Estamos decididos a construir un futuro mejor que garantice los derechos de todos los sirios».

El anuncio del acuerdo, que se espera que se implemente a finales de año, se produce en un momento en que Siria ha vivido su peor episodio de violencia en el Oeste del país en los últimos días desde la caída del ex presidente Bashar al-Assad en diciembre.

Esta violencia (provocada por ataques criminales de las fuerzas del régimen) amenaza la estabilidad de un país que se encuentra inmerso en una transición ya frágil mientras el "presidente interino" Ahmed al-Sharaa (Abu Mohammed al-Joulani) busca establecer su autoridad en toda Siria después de 13 años de guerra civil.

La presidencia siria emitió un comunicado firmado por ambas partes el lunes, afirmando que el acuerdo prevé «la integración de todas las instituciones civiles y militares en el noreste de Siria en la administración estatal siria, incluidos los cruces fronterizos, el aeropuerto y los campos de petróleo y gas».

El acuerdo también afirma que «la comunidad kurda es un componente esencial del Estado sirio», que «garantiza su derecho a la ciudadanía y todos sus derechos constitucionales», al tiempo que rechaza «los llamamientos a la división, los discursos de odio y los intentos de sembrar la discordia entre los diferentes componentes de la sociedad siria».

También estipula «el apoyo al Estado sirio en su lucha contra los restos del régimen de Assad y todas las amenazas a su seguridad y unidad».

La Administración Autónoma Kurda, respaldada por Estados Unidos, controla vastos territorios en el Norte y el Este de Siria, ricos en trigo, petróleo y gas, recursos cruciales para las autoridades de Damasco en este período de reconstrucción. 

Su brazo armado, las FDS, jugó un papel clave en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico, que fue derrotado en su último bastión en 2019.

Según el investigador sobre Siria Fabrice Balanche, los árabes representan más del 60% de la población que vive bajo la administración autónoma kurda.

Marginados y reprimidos bajo el Gobierno de la familia Assad, los kurdos se vieron privados durante décadas del derecho a hablar su lengua, a celebrar sus fiestas y, muchos de ellos, de la nacionalidad siria.
Durante la guerra civil que estalló en 2011, establecieron una administración autónoma en el noreste del país, con sus propias instituciones educativas, sociales y militares.

Desde la llegada de nuevas autoridades yihadistas a Damasco en diciembre, los kurdos han mostrado cierta apertura, viendo una oportunidad para construir una "nueva Siria" que garantice los derechos de "todos los sirios". 

Sin embargo, fueron excluidos de una conferencia de diálogo nacional sobre las líneas generales de la transición.
El acuerdo llega casi dos semanas después de un llamado histórico del líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, kurdo turco de izquierdas), Abdullah Öcalan, para que se disuelva el partido y se abandone la lucha armada. Este llamado fue acogido con satisfacción por los kurdos de Siria.
Turquía, aliada de las nuevas autoridades terroristas de Damasco, acusó a las Unidades de Protección Popular (YPG), principal componente de las FDS, de estar afiliadas al PKK, clasificada como organización "terrorista" por Ankara, pero también por Suecia, la Unión Europea y Estados Unidos.

«Estados Unidos reafirma su apoyo a una transición política que demuestre un gobierno creíble y no sectario como la mejor vía para evitar más conflictos», afirmó el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en un comunicado el martes.

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