Reciclaje de coches: la UE multa a 15 fabricantes europeos con 458 millones de euros

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La factura es elevada. La Comisión Europea anunció el martes 1 de abril que había multado a 15 fabricantes europeos con un total de 458 millones de euros por participar en un cártel sobre el reciclaje de vehículos al final de su vida útil durante un periodo de quince años, entre 2002 y 2017. En concreto, los grupos 'Volkswagen' (127.7 millones de euros), 'Renault/Nissan' (81.5 millones de euros) y 'Stellantis' (74.9 millones de euros) fueron los más multados, mientras que 'Mercedes-Benz' se libró de una multa por revelar la existencia del cártel.

El principal lobby del sector, la Asociación Europea de Constructores de Automóviles (ACEA), ha desempeñado un papel clave en esta infracción de la competencia, "facilitando" el comercio entre los fabricantes implicados, subraya la Comisión.

La ACEA fue multada con 500,000 euros. Entre los fabricantes multados también se encuentran 'Ford' (multa de 41.5 millones de euros), 'BMW' (24.6 millones) y 'Toyota' (23.5 millones). «Hoy hemos tomado medidas enérgicas contra las empresas que se han coludido para impedir la competencia en el reciclaje», afirmó la comisaria de Competencia, Teresa Ribera, en un comunicado.

Estos grupos se coordinan desde hace 15 años «para evitar pagar por los servicios de reciclaje de vehículos al final de su vida útil», explica Teresa Ribera. Los vehículos que ya no están en condiciones de circular deben recogerse para su reciclaje, recuperación y eliminación, con el fin de reducir los residuos y recuperar materiales como metales, plástico y vidrio.

Según la Comisión, los 15 grupos sancionados, así como 'Mercedes-Benz', acordaron no pagar a los centros de desmantelamiento, considerando que esta actividad era suficientemente rentable por sí misma. También acordaron no resaltar las cantidades de materiales reciclados en los vehículos nuevos para evitar que los consumidores tengan en cuenta esta información ambiental en su decisión de compra. El objetivo es "limitar la presión" de los clientes sobre los fabricantes para que vayan más allá de los requisitos legales, subrayó el ejecutivo europeo.

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