
Cientos de miles de estadounidenses rechazaron este jueves, Primero de Mayo, las políticas de Donald Trump lesivas a los derechos laborales, los inmigrantes y las disidencias sexuales, así como la guerra arancelaria lanzada a otros países, que pone en peligro su desarrollo y por consiguiente el bienestar de sus trabajadores.
La jornada de movilizaciones nacionales, que comprendió cerca de 1,000 protestas y fue organizada por la plataforma '50501' (abreviatura de 50 protestas, 50 estados, 1 movimiento) junto a sindicatos y otras organizaciones, ocurre a continuación de los primeros cien días de gestión de Trump y una caída notable de sus niveles de aprobación ciudadana.
Desde tempranas horas, miles de personas se movilizaron en Washington D.C. y marcharon cerca de la Casa Blanca expresando el rechazo a un Gabinete formado por ultrarricos y, pese a su lenguaje populista de extrema derecha, muy comprometido con los grandes intereses corporativos.
Los manifestantes calificaron las medidas tomadas por Trump como «una guerra contra los trabajadores», en alusión a los despidos de miles de empleados federales bajo criterios de "eficiencia" recomendados a Trump por el magnate y dueño de 'X' y 'Tesla', Elon Musk.
No faltó en la capital estadounidense el reclamo por la liberación del migrante salvadoreño Kilmar Abrego García, arbitrariamente deportado por Trump a El Salvador.

En Filadelfia, la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales, conocida como AFL-CIO, encabezó la manifestación 'Trabajadores por encima de los multimillonarios'.
Congregados frente a la sede del Tribunal Federal, miles de personas exigieron que no se criminalice a la migración y se ponga fin a las deportaciones masivas de migrantes y su cacería por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).

Los manifestantes también rechazaron el autoritarismo de la Administración Trump y sus ataques a derechos básicos, protegidos constitucionalmente. Exigieron respeto por el debido proceso.
Como una amenaza a la democracia y una expresión de fascismo calificaron al mandatario estadounidense en Nueva York, donde medios de prensa reportaron movilizaciones, que se suman a otras registradas en Denver, Chicago, Seattle y otras grandes ciudades.

Durante actos en La Gran Manzana, manifestantes expresaron su solidaridad con los trabajadores palestinos y rechazaron el genocidio que perpetra la entidad sionista en Gaza, con saldo de más de 52,000 civiles asesinados.
Se espera otra gran movilización en la ciudad de Los Angeles, considerada un bastión en defensa de las minorías, los migrantes y la comunidad LGBTIQ+.
Aunque las protestas se enfocan en la defensa de los derechos laborales, también son plataformas para denunciar los ataques sistemáticos contra los gremios laborales y el derecho a sindicalizarse. No menos importante fue el reclamo de ampliar el acceso de la población a educación de calidad y a servicios médicos no corporativos.
A los actos se unieron sindicatos, grupos estudiantiles y coaliciones de base. En nexo invisible con miles de movilizaciones en otras partes del mundo, durante las protestas en Estados Unidos se rechaza además la guerra arancelaria de Trump, que obstaculiza el desarrollo de otras naciones y resiente la situación del empleo a nivel global.
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