Lo único que sube en Ecuador es la cifra de homicidios. Ese es el clamor popular en las calles de Quito y Guayaquil, donde la queja por el alto costo de la vida y la desigualdad social, se confunde con la solicitud de medidas para frenar la ola de violencia que azota al país.
Los crímenes y ataques armados persisten hoy en Ecuador, donde los homicidios aumentaron en un 58% en los primeros cuatro meses de 2025, en medio de la crisis de seguridad.
Entre enero y abril la cifra oficial de muertes violentas es de 3084 personas asesinadas, mientras que en igual periodo de 2024 hubo 1951 hechos de ese tipo.
Medios locales reportaron en los últimos días ataques armados y hechos violentos, fundamentalmente en ciudades de la costa, que dejaron muertos y heridos.
«Si no nos focalizamos en una política pública que cuide de secuestros, vacunas, extorsiones, amenazas como el narcotráfico, la minería ilegal, la tendencia va a ser mucho mayor», señaló Katherine Herrera analista en temas de seguridad consultada por el canal 'Teleamazonas'.
Advirtió que de seguir la tendencia, el 2025 podría cerrar con más de nueve mil homicidios.
El 40 por ciento de los homicidios de este primer cuatrimestre se han reportado en Guayaquil, Durán y Samborondón, tres municipios de la provincia costera de Guayas donde operan varias bandas delincuenciales ligadas al narcotráfico y se disputan por los puertos o los sectores urbanos.
También están las zonas fronterizas de Esmeraldas y Carchi, en el norte ecuatoriano, donde los delitos están vinculados a la minería ilegal y a la trata de personas.
A pesar de estas cifras desastrosas en materia de seguridad, el presidente Daniel Noboa decidió mantener en sus cargos a los ministros del Interior, John Reimberg, y al de Defensa, Gian Carlo Loffredo, encargados de liderar junto a la policía y las Fuerzas Armadas al denominado Bloque de Seguridad.
El nuevo récord en homicidios en Ecuador, se da a conocer justo cuando Noboa ha emitido un comunicado a sus ciudadanos que invita a evitar viajar a Venezuela ante el supuesto "grave riesgo de detenciones arbitrarias", mientras su país se hunde en la violencia.
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