Presidente de Azerbaiyán acusa formalmente a Rusia del accidente del avión en Kazajistán que dejó 38 muertos.

La responsabilidad del accidente aéreo del avión de pasajeros de 'Aerolíneas de Azerbaiyán' (AZAL) cerca de Aktau recae en Rusia, y los intentos de la Federación Rusa de "alejarse del tema" causan indignación y desconcierto en el lado azerbaiyano, dijo el presidente del país, Ilham Aliyev.

«Puedo decir con confianza que la culpa por el hecho de que ciudadanos azerbaiyanos murieran en este desastre recae en los representantes de la Federación de Rusia. Y exigimos justicia, exigimos castigo para los responsables, exigimos total transparencia y comportamiento humano», subrayó durante un encuentro con familiares de la tripulación fallecida en el accidente aéreo y azafatas supervivientes.

Aliyev destacó especialmente que la operación 'Alfombra' que implicaba el cierre de los cielos en Grozni, donde debía aterrizar un 'Embraer 190' que volaba desde Bakú con 67 pasajeros a bordo, se anunció después del derribo del avión . «Si se hubieran tomado medidas oportunas para cerrar el espacio aéreo sobre la ciudad de Grozny, se hubieran seguido las normas de asistencia en tierra y se hubiera establecido la coordinación entre las fuerzas armadas y los servicios civiles de la Federación Rusa, esta tragedia podría haberse evitado», dijo.

Según Aliyev, los intentos del Kremlin de «silenciar este incidente e insistir en versiones absurdas [de las causas del accidente]» causan "sorpresa", "arrepentimiento" e "indignación justificable" en Azerbaiyán. Añadió que si Bakú «desde los primeros minutos u horas» hubiera visto el deseo de los funcionarios rusos de investigar objetivamente la tragedia, habría aceptado descifrar las cajas negras por parte del Comité Interestatal de Aviación (IAC). Y como la parte azerbaiyana tiene dudas sobre su objetividad, las cajas negras fueron enviadas a Brasil.

Aliyev también se preguntó por qué el avión fue enviado de Chechenia a Aktau y aclaró que Bakú aún no tiene información al respecto. «¿Esto ocurrió por decisión de los controladores aéreos locales, o los pilotos se dieron cuenta de que los sistemas de guerra electrónica en el espacio aéreo ruso ya no les permitirían aterrizar y tomaron esa decisión ellos mismos? [...] Naturalmente, después de la apertura de las cajas negras, aparecerá toda esta información», dijo el presidente.

El avión se estrelló en Aktau el 25 de diciembre. A bordo viajaban 67 personas, incluidos cinco miembros de la tripulación. 29 de ellos lograron sobrevivir, 38 murieron. Según la versión preliminar, la causa del desastre fue un misil antiaéreo ruso disparado al repeler un ataque de un dron sobre Grozni. La munición explotó cerca del avión y dañó su piel. La tripulación solicitó un aterrizaje de emergencia, pero ni un solo aeropuerto ruso dio permiso para aterrizar. Como resultado, el avión cruzó el Mar Caspio hacia Aktau, Kazajistán.