La Unión Europea se dispone a revisar su multimillonaria asignación de ayuda exterior para fortalecer su influencia en regiones clave y proteger sus intereses estratégicos, desde el fortalecimiento de las alianzas con países afines hasta la seguridad del acceso a las materias primas y la reducción de la migración, informa 'Bloomberg'.
La UE y sus Estados miembros siguen siendo actualmente el mayor donante de ayuda internacional, habiendo asignado casi 99,000 millones de dólares en 2023. En comparación, Estados Unidos ha gastado alrededor de 72 mil millones de dólares en ayuda exterior.
Los dos mayores donantes compiten con China por la influencia en regiones ricas en recursos, desde África hasta Sudamérica. La UE busca establecerse como un socio más confiable que Pekín o Trump, pero evita el papel de "donante de último recurso".
El plan de la Comisión Europea para revisar la ayuda exterior coincide con la iniciativa de Donald Trump de desmantelar USAID, la agencia que distribuye anualmente decenas de miles de millones de dólares en ayuda exterior. En su primer día en el cargo, Trump anunció una congelación de 90 días de casi toda la ayuda exterior.
Según un borrador de documento visto por 'Bloomberg', la Comisión Europea pretende mejorar la eficacia de los programas, actualizar la estructura de la ayuda exterior y hacerla más "orientada a los socios".
El proyecto también señala que el presupuesto general de la UE, tradicionalmente alrededor del 1% del PIB de la unión, se está convirtiendo en una carga excesiva para los Estados miembros.

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