Investigadores y expertos en salud denunciaron que el Gobierno de Estados Unidos, bajo la dirección del secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., canceló 22 contratos federales para vacunas basadas en ARNm utilizando afirmaciones falsas.
La decisión, anunciada el pasado martes por Kennedy, implica la rescisión de contratos por un valor aproximado de 500 millones de dólares, lo que ha sido calificado como un "duro golpe" por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Entre las afirmaciones de Kennedy se encuentran que las vacunas de ARNm son responsables de "nuevas mutaciones" de virus, lo que podría prolongar las pandemias, y que «no protegen eficazmente contra infecciones de las vías respiratorias superiores como la del Covid».
Sin embargo, los expertos refutan categóricamente estas afirmaciones. Tal es el caso de Stephen Evans, profesor de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, quien declaró que Kennedy se equivoca y que ninguna vacuna, incluida la de ARNm, fomenta nuevas mutaciones.
Evans también subrayó que las vacunas de ARNm son «extremadamente eficaces contra el Covid, al prevenir muertes, hospitalizaciones e infecciones clínicas o subclínicas».
Por su parte, Charles Bangham, profesor de inmunología del Imperial College de Londres, añadió que, aunque ninguna vacuna tiene una incidencia cero de efectos secundarios, los beneficios de las vacunas de ARNm superan ampliamente los riesgos.
Otras reacciones también han sido de preocupación. Joachim Hombach, máximo responsable de inmunización de la OMS, calificó la decisión de EE.UU. como un golpe significativo y enfatizó que la vacuna de ARNm «es una tecnología muy importante que puede adaptarse muy rápidamente», lo que la hace crucial para combatir futuras amenazas pandémicas.
Expertos estadounidenses también advertieron que estos recortes de financiación amenazan la salud pública de todo el mundo y hacen retroceder una década la ciencia de las vacunas.
La medida de Kennedy se enmarca en una revisión de la política sanitaria de Estados Unidos que ha supervisado desde que asumió el cargo en febrero.
Su historial incluye dos décadas de siembra de desinformación sobre las vacunas; así, por ejemplo, despidió a un panel de expertos asesores en vacunas y los reemplazó por personas designadas por él, cuyo primer voto fue prohibir un conservante de vacunas históricamente seguro pero criticado por el movimiento antivacunas.
Por otro lado, también ordenó un nuevo estudio exhaustivo sobre el vínculo, ya desacreditado, entre las vacunas y el autismo.
La interrupción de la financiación a estas vacunas por parte de Kennedy no solo dañará la infraestructura científica de EE.UU., sino que también podría afectar la percepción pública sobre la seguridad de las vacunas, lo que podría llevar a una disminución en las tasas de vacunación y, consecuentemente, a enfermedades y muertes innecesarias.
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