
Alemania ha eliminado de las conversaciones el envío de tropas a Ucrania tras la guerra con Rusia, escribe 'Bild', citando fuentes gubernamentales. En su lugar, Berlín ha decidido centrarse en la financiación de las Fuerzas Armadas ucranianas. Según la publicación, el canciller Friedrich Merz expresó su disposición a enviar soldados alemanes para supervisar la paz tras la cumbre celebrada en Washington el 18 de agosto con la participación de los presidentes estadounidense y ucraniano, Donald Trump y Volodymir Zelensky. Entre otras cosas, se discutió un posible mandato. Sin embargo, cuando se hizo evidente que el presidente ruso, Vladímir Putin, no se reuniría con Zelensky, Merz y el vicecanciller alemán, Lars Klingbeil, llegaron a la conclusión de que el Kremlin quería continuar la guerra.
Como resultado, el envío de tropas alemanas para supervisar el alto el fuego ya no se plantea "hasta nuevo aviso". Esto solo cambiaría «si Trump toma medidas» o «Putin detiene su guerra de agresión». Sin embargo, actualmente no hay indicios de ninguna de las dos cosas, según el funcionario del gobierno.
En general, el Gabinete duda que el despliegue de fuerzas occidentales en Ucrania con garantías de seguridad se lleve a cabo, especialmente después de que Trump se negara a asignar soldados estadounidenses a esta misión. Según fuentes, Alemania pretende «reforzar aún más las fuerzas armadas ucranianas en caso de un alto el fuego para disuadir a Rusia de un nuevo ataque». Berlín también cubrirá parte de los costes de los pagos a las Fuerzas Armadas de Ucrania y desarrollará la producción conjunta de armas, incluso con el apoyo de empresas alemanas.
Anteriormente, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Johann Wadephul, dijo que Alemania está buscando aumentar su ejército de los 180,000 actuales a 260,000 para 2031, por lo que es posible que tampoco tenga suficientes soldados para Ucrania.
Más de 30 países están considerando participar en la misión de mantenimiento de la paz como parte de una "coalición de voluntarios" liderada por Francia y el Reino Unido. Inicialmente, se mencionó una cifra de 30,000 soldados, pero recientemente el plan se redujo a entre 6,000 y 10,000. Algunas capitales europeas consideran que tal despliegue es demasiado arriesgado, por lo que no se está reclutando el número de tropas necesario para disuadir a Rusia de una agresión reiterada, escribió 'The Times'.
En particular, Gran Bretaña ha ajustado sus planes, y ahora planea brindar seguridad aérea sobre el oeste de Ucrania, entrenar a las Fuerzas Armadas ucranianas y desactivar minas en el Mar Negro. En total, según fuentes de Bloomberg, unos 10 países, incluida Francia, han expresado su disposición a enviar tropas. A su vez, Estados Unidos ha prometido brindar apoyo al contingente mediante el intercambio de inteligencia, la vigilancia fronteriza y el suministro de armas, con énfasis en los sistemas de defensa aérea. Trump también está considerando con sus aliados europeos la posibilidad de atraer empresas militares privadas estadounidenses.
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